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viernes, 2 de agosto de 2013

Para tí corazon

Un corazón decidió que nunca más se enamoraría. Ese corazón vivió sano y a salvo tras su muro mucho tiempo. Difrutando de todo lo demás que le aportaba la vida. Viajó muchísimo, visitando lugares nuevos, aprendiendo culturas, observando paisajes diferentes, conociendo otros corazones.
En varias ocasiones estos otros corazones intentarón llegar a tocarle, pero él se resistió y huyó a otro lugar donde nada intentara cambiar sus costumbres.
En una ocasión visitó una playa hermosísima en un lugar de aquellos a los que a él le encataba perderse y observar el mundo.
Una lágrima hizo amago de aparecer, cuando recordó recuerdos muy pasados ya. Pero la escondió a tiempo cuando oyó una voz que le hablaba en el horizonte:
-Hola, amigo.
-¿Quién eres? -Preguntó el corazón sorprendido.
-Llevo tiempo observándote- contestó la voz, eludiendo la pregunta-. Siempre estás solo.
-Eso no es verdad, tengo con quien estar -contestó con tono enojado-. ¿Además quién eres tú para opinar sobre mí?
-Perdón. Me presentaré: Soy el sol. Y creo que puedo yo, opinar muy bien sobre lo que és la soledad. Veo como tú por voluntad propia vives en ella y a mi eso me hace preguntarme por qué.
-No vivo en soledad -le contestó el corazón, entre sorprendido y molesto porque el sol le hablara y por encina de todo le juzgara.
-Yo daría lo que fuera por tener compañia, por tener un ser que me amara y con quien compartir mis atardeceres y amaneceres, a quien contarle todo lo que veo desde aqui.
-Eso puedes hacerlo -le interrumpió el corazón-. Estás hablando conmigo, y miles de personas disfrutan de tus puestas. Las compartes.
-Veo que no entiendes nada -le devolvió la interrupción el astro-. ¿De que sirve tener a tantos a tu alrededor, si al final nada puede tocarte?
El corazón pensó en las palabras que acababa de escuchar sin decir nada.
-Veo que te has parado a pensar -habló el sol-. Espero que el día que te des cuenta de que las cosas no son como tú crees, aún tengas tiempo de cambiar tu vida. 
Antes de esconderse le regaló al corazón una imagen para ver si con ella conseguía que cambiara de camino.
Aquella imagen conmovió al corazón que por fin dejó salir libre a esa lágrima.

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